INSOMNIO

Son las 7:22 de la mañana

Llevo 5 horas despierta, el dolor no me deja dormir.

¿Ataque de pánico? ¿Nervio? ¿Estres? No tengo idea, sólo se que un dolor recorre mi espalda, me apreta, me estruja me impide estar de pie, me impide recostarme.

¿Que hacer cuándo no hay nada que hacer? El cansancio mental me tiene completamente inhabilitada para cualquier acitivdad que requiera sinapsis. Me di mil vueltas en la cama y pense en todos los secretos de la naturaleza para conciliar el sueño, antes de asumir la triste realidad, ya no dormí y no queda otra opción que abandonar mi camita.

A mi lado, un hombre dormía placidamente. No se como no me mató después de mi insoportable comportamiento: pararse, sentarse, destaparse, taparse, acostarse, levantarse, prender la luz y llorar. Lo envidio, me gustaría robarme su sueño, que el se desvele y yo pueda dormir. Lastima que no lo pueda hacer, lastima que lo quiera tanto como para hacerle mal.

Quizas no debí haber tomado tanto cafe antes de acostarme, sólo Dios y yo sabemos las trágicas consecuencias que produce aquel bendito brebaje en mi.

El dolor ha comenzado a bajar, la angustia tambien. Necesito una tregua, cada día me levanto cansada, pero con la esperanza de que el día me devuelva la mano, crasso error, al retornar al mismo lugar en donde comienzo la jornada, todo sigue igual, o peor.

Se que el dolor no es físico, la tragedia de perder a un ser querido me tiene con la mente lejos de mi. Como me gustaria escuchar una disculpa, y a la vez, hacer lo mismo y pedir perdón. Sin embargo, muchas ofensas se han dicho por parte de ambos bandos, al parecer el silencio seguira rondando en la ya muerta relación.

No quiero ducharme, quiero quedarme todo el día en pijama viendo tele, comiendo, escuchando música y riendo con mi hermana.

Maldita rutina, no sabes como te odio, me das asco.

Mis dedos están entumecidos, gracias al cielo el frio de la espalda ya se fue por completo.

Mis ojos se cierran, me obligo a abrirlos.

A lo largo de todas mis noches de insomnio (que para mi desgracia no son pocas) he descubierto su alucinojeno efecto: piensas en dragones conversando con elefantes rosados que tomán té con galletitas. Dan ganas de salir corriendo, subir a una nube y tirarse en un caballito de carrusel al vacio. Se que dentro de un par de horas mi cara será digna del palacio del horror y estare drogada, riendo por todo, hablando en cualquier idioma menos en español y con problemas en mi área motora. Pese a lo mal que me siento cuando no duermo, debo admitir que me carga ver mis horas de vida desperdiciadas en una actividad tan vegetativa. El insomnio me gusta, me da miedo y me carga. Es como una droga, como la heroína, una vez que lo pruebas, por más que quieras es imposible dejarlo.