Michelle, la reina de los loser

Querida Michelle:

¿Cómo has estado? Por lo que he visto a través de la televisión y leído en los diarios los últimos días creo que no muy bien. Tu voz titubeante, tus constantes errores cuando lees y tu mirada perdida me dicen que estas nerviosa, tensa y triste. Los paros y tomas a lo largo de todo Chile te deben tener durmiendo con un ojo abierto y el otro cerrado. Pobrecita, yo en tu lugar estaría metida en la cama tapada hasta las orejas y pidiendo a Dios que estos cuatro años pasen lo más rápido posible.

Como una de tus electoras me siento con el deber de decirte que tus asesores apestan y que tu partido es una basura al igual que la coalición a la que perteneces. Pero a pesar de todos los pelmazos que te rodean y de lo mal que te has portado con el movimiento secundario, igual te tengo fe. Se que si hoy día los pingüinos han podido levantarse como una luz salvadora de la educación es porque tu estás en el poder. Con don Ricki Lake esto hubiese sido impensable, con un solo golpe en la mesa nos hubiese mandado a todos a dormir temprano y sin postre.

Desde que asumiste el poder un aire nuevo se respira en Chile, una sensación de optimismo recorre nuestras venas, bajo tu mando pienso que las acciones de los secundarios o de los universitarios pueden dejar el gastado cajón de las utopías, y que lo alguna vez pensamos que nunca conseguiríamos se vuelve cada vez más tangible.

La clave de tu popularidad y éxito radica en que eres una perdedora, pero no cualquiera perdedora, sino que eres como la reina de las perdedores y como Chile es un país de loser, todos vemos en ti la oportunidad de asumir nuestra patética existencia y no seguir avergonzándonos por ser gordos, feos, chicos, pelones, babosos u oligofrénicos.

Eres como la protagonista de una teleserie mexicana, la cual durante toda su vida pasa por las de quico y caco, y aún así, al final igual sobrevive y se queda con el jovencito apuesto. A pesar de todo lo que te ha tocado vivir has llegado a ser la primera presidenta en nuestra historia. Por eso veo en ti esperanza, me haces creer que. aunque como país hemos pasado por situaciones abominables e inconclusas como la dictadura militar y tenemos falencias gravísimas como nuestra educación, podemos esquivar los baches en el camino y salir airosos.

No soy tan ingenua como para pensar que la suerte de nuestro país reside exclusivamente en tus manos, pero si creo que puedes pasar a la historia no sólo por ser la primera mujer en tener tu cargo, sino que puedes ser la primera en realizar una reforma real en la educación y muchas cosas más. Se que si solo dependiese de ti, este país no tendría límites, lastima que existe toda una maquinaria legislativa y ejecutiva ineficiente.

Animo, hay algunos que aún confiamos en ti, no nos decepciones.

P.D.: Escucha menos a tus asesores, a la concertación, a tus ministros, y ponle oído a las demandas de la gente, que si reclaman tanto es porque de verdad piensan que una persona como tu será capaz de escucharlos por primera vez.