colores transparentes

Wednesday, August 16, 2006

Día D

El día 14 de agosto no partió nada de bien para mi. primero fui presa de las imperfecciones arquitectónicas de mi bello hogar y tropecé olímpicamente con un hoyo que hay en el piso del pasillo. No dudo que los vecinos se hayan despertado con la sarta de improperios que salieron de mi boca.

Bajé corriendo la escalera ( El decir que corrí es en sentido figurado puesto que nunca he sido muy atlética y menos con el pie adolorido producto de mi porrazo), iba atrasada (para variar) y definitivamente quería llegar a la hora. Por lo tanto, con el dolor de mi alma tuve que desembolsar $750 en un colectivo, ya que si me iba en micro llegaría el día del níspero.

Craso error el pensar que en “coleto” estaría a la hora. como el señor me odia y el destino siempre me juega en contra, todos, y cuando digo a todos me refiero a absolutamente cada uno de los semáforos que enfrentamos en el cuatrimotor estaban en rojo.

Pese a esto, logre llegar a la maldita clase justo a tiempo. todavía habían esperanzas que el día pudiese mejorar. Luego de la primera clase que logro entender de aquel maldito ramo, pensé que mi mala racha matutina había acabado. Sin embargo, como todo lo que pienso que nunca va a pasar siempre pasa y lo que quiero que pase jamás ocurre, el profesor, cuando ya me encontraba lista para hacer abandono de la sala, me mira y me dice: “Alejandra, tengo que hablar contigo”.

Con un dejo de nerviosismo me acerqué al profesor, mientras en mi enferma mente me imaginaba que sería amonestada por cualquier cosa (ahora que lo pienso no había ninguna razón para que él me retara, pero como un ente preso del nerviosismo me pase mil rollos). El motivo era simple, tendría que tomar el otro horario de ese ramo, quien sabe por que razón. En el momento no pensé que fuese tan grave, no obstante ahora me doy cuenta que gracias a ese cambio de horario tendré que pasar muchas más horas en la universidad, lo cual no me pone incontrolablemente triste, pero tampoco feliz.

Son recién las 15:00 horas y definitivamente he tenido días peores, sin embargo, quedando tantos minutos para el fin de estas 24 horas, me atrevo a decir que este será para el recuerdo. No por la atrocidad de los eventos que me acontecieron, ya que no fueron en absoluto graves. Sino porque hoy es uno de esos días en que eres capaz de respirar la esperanza en el aire. Por ningún motivo en especial me siento extrañamente optimista. En cualquier momento saldrá de el lugar menos esperado un hombre vestido de payaso gritando “Si se puede”.

No importa cuan mal me sienta, me vea o crea que todo va a salir. Más allá de cualquier pronóstico negro que pueda concluir respecto de la sociedad, mi vida o este mismo día, hay algo más fuerte, algo que me motiva y que sin siquiera percatarme, me roba una sonrisa sin que nadie lo note y aún cuando estoy sola.

No se si será Dios, que al fin se digo a acordarse de mi, o quizás simplemente los residuos de cannabis sativa que hay en mi cuerpo me hacen sentir diferente. Lo cierto es que hoy (y tal vez sólo por hoy) he decidido que la ley de Murphy vale callampa y que si de verdad lo quiero, en un día nublado siempre hay probabilidades de clima despejado.

2 Comments:

Blogger Ángel caído (al litro) said...

Tutito linda, no te precupes (o mejor preocupate)...

porque al final siempre terminas cayendo y el puto optimismo se va a la mierda.

chao

besos

7:15 PM  
Blogger CazaNovas said...

Dias terribles tenemos todos y (en este momento dire una cursileria) hay q pensar q al otro dia todo puede ser diferente.

bsos Tutito

9:37 PM  

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