colores transparentes

Saturday, October 14, 2006

Hombre muerto caminando


Hace varios meses que Valentina no veía a su grupo de amigos del colegio. Y aunque había tratado de posponer el encuentro en más de una ocasión, esta vez si que no tenía escapatoria. La razón para sus desaires era que ya no se sentía cómoda entre ellos. No habían temas en común y definitivamente le agotaba el siempre tener que reírse de las mismas tallas y recordar los ya trillados episodios del pasado.

Sin embargo, el cumpleaños de Alfonso, un buen amigo y ex ` amante, era un compromiso ineludible. Si bien nunca había tenido sentimientos fuertes por él y sus encuentros no habían sido mas que el fruto de la calentura adolescente, era a uno de los pocos del “grupo” que aún podía soportar por más de dos horas.

Ni siquiera había llegado cuando ya quería devolverse. Caminaba con lentitud hacía la casa, tratando de matar el tiempo y con la inverosímil idea de que si se demoraba, reduciría las horas que tendría que estar allí.

Una vez adentro, todos se acercaron a saludarla con tanto cariño y efusión que se sintió como una perra por no querer estar ahí, por sentir rechazo hacia personas que tanto amor y preocupación le habían entregado. Pero el sentimiento de estar rodeada de personas que sentía como extraños, siendo que los conocía hace más de una década, era más fuerte que sus ganas de retribuir la amistad.

La verdadera razón por la cual había comenzado a despreciar a los que alguna vez fueron casi como hermanos era un hombre de figura espigada, de rizos castaños y ojos profundos. Nicolás era el único hombre del cual había estado enamorada. Se acerco a saludarla y como de costumbre, cada vez que Valentina se encontraba con él, recordaba el último verano que pasaron juntos cinco años atrás, en el que de la manera menos romántica y patética que pudo encontrar ella le declaró su amor. Sentimiento que como se lo habían advertido sus amigas del momento, no era correspondido.

Desde ese momento, paulatinamente, había comenzados a sentir tanta rabia de él y de cualquier cosa o persona que se relacionara con él. Sobretodo ahora que ya no estaba solo. Pese a que Valentina nunca logró que él le diera la hora, habían construido una pseudo relación de amistad. Para él todo era parte del pasado y ni se imaginaba que aún ella lo quería.

Le dio un abrazo y cada vez que lo hacía ella sentía que se le iba la vida. Deseaba tanto que la besara, que la tocara, que la amase. Pero a sólo a un par de metros estaba la nueva adquisición del susodicho, una pendeja flaca, alta, simpática, bonita e inteligente. No fumaba, no tomaba, no decía garabatos, menos piteaba. En resumidas cuentas, era todo lo que Valentina no era. La bendita Camila era la virgen perfecta que bastantes hombres quieren para presentársela a su mamá y para que sea la madre de sus hijos.

Con el mismo cinismo con que estaba comportándose hasta el momento la saludó, y aunque a ratos de verdad anhelaba que Nicolás fuese feliz con la persona que el estimase conveniente, en ese momento sólo quería que a la tierna Camila la raptara una horda de monos violadores con sida y que se la llevaran a el Congo en un viaje sin retorno.

Alrededor de las cinco de la mañana ya todos estaban más que borrachos, incluyendo a la protagonista de nuestra historia, quién a cada trago y piteaba que daba se relajaba y disfrutaba del momento un poco más. Y cuando ya estaba en su punto máximo de beodez se sentó a conversar con Nicolás. Fue en ese momento en que tuvo un momento de lucidez. El hombre al cual ella amaba, con el que podía pasar horas y horas hablando de cualquier cosa, riéndose y sintiéndose plena ya no existía.

Sólo quedaba la envoltura, ya que por una razón que desconocía, ese toque de autenticidad que él irradiaba hace unos años se había perdido. La mimetización con el resto de los hombres había sido a cabalidad. El silencio entre los dos se había vuelto incomodo y Valentina se dio cuenta que no seguiría anclada a alguien que ya había pasado a mejor vida.

4 Comments:

Blogger Ángel caído (al litro) said...

q buen cuento!!!!! me dio una envidia sana y a ratos me identifiqué con Valentina (q no se de para malos entendidos sobre mi sexualidad por favor)




un beso y un abrazo



shao

5:48 AM  
Blogger Costurera_sin_tela said...

Jajaja ¡excelente! Creo que tiene mucho de realidad, sobre todo en grupos de amigos de la vida, siempre, pero siempre, hay una historia de amor que todo lo arruina. O sea, no digo que el amor lo arruine todo, digo que en esos grupos cuando se rompen los códigos por calenturas momentáneas, se resquebrajea la estructura entera.

Ahora, yo por sobre todo , creo que he deseado que a "esa" "se la raptaran una horda de monos violadores con sida(...)" no me pude haber sentido más identificada jajaja Frase pal Bronce.

Saludos en esta primavera invernal.

8:38 PM  
Blogger CazaNovas said...

Las personas tienden a cambiar muxo para nosotros, o nosotros cambiamos nuestras preferencias de acuerdo a como nos sintamos mejor. Yo prefiero una protagonista una joven como la polola de Don tipo.


saludos tutito

6:22 PM  
Blogger Andrea Hartung said...

hola! yo nunca te habia postiado, pero hay que reconocer que te he leido harto y me gusta como escribes.

si te quize postiar ahora, fue porque yo tengo la misma situacion de la valentina, y es terrible...ella tuvo la suerte de darse cuenta que las personas cambian y las idealizaciones mueren.

abraxos

8:03 PM  

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