Simulando que podemos simular que simulamos: crónica del simulacro más chanta del mundo
En la mañana del 31 de octubre comentaba con uno compañeros de universidad lo tonta que había sido la alcaldesa de Viña del Mar, Vriginia Reginato por no adherirse al publicitado simulacro de terremoto y tsunami que se iba a realizar esa misma tarde en varias ciudades del litoral de la quinta región. La razón que esgrimió "la tía Coty" era que su ciudad se vería afectada puesto que hay muchos turistas. En verdad, no le encontre muchos pies ni cabeza a sus motivos, pero después que presencie como fue el simulacro, debo decir, que la Ballenato le dio en el clavo.
La mantiras publicadas por TVN acerca de lo exitoso dle tsunami pueden ser creídas por alguien que no estuvo en el meollo del asunto como quien les escribe.
Fue un verdadero y absoluto chiste, no culpo a las autoridades por que no supieron organizarlo, sino que los culpo por tener una ilusa mentalidad y pensar que la gente se comportaría. Todos reían y el desobedecer a los carabineros se transformó en todo un deporte. Por más que los pacos trataran que la multitud saliera de la calle para que se dejará pasar a los carros de los bomberos y las ambulancias, más la gente se instalaba en el medio de la pista. Y aunque era un simulacro, igualmente hubo una ola: la gente.
El tsunami se comporta como una ola incríblemente más alta de lo común y que viaja a grandes velocidades, arrasando con todo a su paso, para luego recogerse.
La gente que se encontraba en el simulacro, tuvo exactamente el mismo comportamiento: las personas se fueron aglutinando hasta juntar una gran masa, se tomaron las calles del centro de Valparaíso, hechando por el suelo cualquier posibilidad de que el simulacro fuese exitoso, ya que lo único que hacian era reir y pararse justo en los lugares en donde no tenía que haber nadie.
Si los periodistas y camarógrafos son los que siempre están acosando al resto, debo decir, que estos profesionales, paradojalmente, tienen sus propios paparazzis. Faltaba que apareciera una cámara para que una tropa de personas se abalanzara sobre ella esperando ser grabado y tener sus 5 segundos de fama por televisión abierta. Mientras la masa se movilizaba de un lado para otro buscando alguien que los filmará, las autoridades, encabezadas por el alcalde Aldo Cornejo, con una cara de frustración veían como el simulacro se
transformaba en una parodia de nuestra ideosincracia.
El momento climax de la muestra nacional y en el que a Aldo y sus compinches se les deformó definitivamente las caras fue cuando el notero de CQC, Nicolás "cuchillo" Eyzaquirre hizo su aparición y comenzó a realizar los típocos webeos propios del programa en el cual participa. Flotador en mano, se transformó en el epicentro de la conglomeración, siendo los escolares los que más desorden hacían en torno al periodista. Acto seguido, tres carabineros agarraron a "cuchillo" y lo empujaron varias cuadras, simultaneamente, la mayoría de los mirones presentes se olvidaron de que Valparaíso podría estar bajo una de sus peores catástrofes naturales, y se lanzaron al rescate de su notero amigo.
En mi afán periodísitico seguí a los cientos de personas que coreaban el nombre de Nicolás y trataban de recuperarlo de las garras de sus captores. El simulacro iba perdiendo puntos en picada y todo el asunto se había resumido a un periodista de un programa que si bien no es el rey del prime time, de que es popular, reconocido y querido por la gente, nadie lo puede negar.
Luego de unos minutos de estar apostados frente al recinto en el cual "cuchillo" permanecía cautivo, llegaron corriendo más de 20 pacos, junto a uno de esos furgones con rejas, una cuca y dos patrullas. Cualquier extranjero que pasara por el lugar, pensaría que un asesino de la peor calaña estaba siendo trasladado a una cárcel de máxima seguridad. Pero que Tila, que Charles Manson. Sebastian Eyzaguirre, él era el acreedor de todo un operativo policial.
No se preocupen señoras y señores del puerto, que mientras unos cuantos estaban siendo asaltados o violados en algún cerro, una veintena de carabineros estaban haciendo algo más trascendental, tomando preso a un cabro que solo andaba haciendo lo mismo que los 5000 personas que estabamos ahí: webeando.
Por último, no me explico aún para que diablos se invierte tiempo y dinero en hacer un simulacro de como tendríamos que reaccionar frente a una muerte casi inminente,
si en verdad cuando la tierra tiemble y la ola aceche todos se olvidaran en un segundo de su humanidad y sólo pensaran en lo que único que les importa y que
corresponde a nuestro instinto animal más básico: sobrevivir a como de lugar.